JENNY
LONDOÑO LÓPEZ
(Quito-Ecuador)
(Quito-Ecuador)
MI CIUDAD
Y SUS LUNAS
A
Guayaquil, puerto del Pacífico.
Mi ciudad,
catalejo de lunas en creciente
creció
sobre las ruinas sagradas de otros hombres,
que
llegaron primero, con vasijas de barro
y sus
cuerpos guerreros adornados de plumas.
Mi ciudad,
con sus casas de chanul o laurel,
balcones
de caoba, oropeles y amores,
se abanicó
en el puerto las sales y sudores
y se
aferró a la brisa para enhebrar canciones.
Mi ciudad
tuvo glorias en tiempos coloniales,
ministros
y soldados, clérigos y alguaciles,
mansiones
que ostentaban la alcurnia de señores,
y esteras
que servían de cama a los humildes.
Matronas
que llevaron su carga de silencios,
hilando
entre sus manos las marcas de sus roles;
esclavos
que solían mirar a las estrellas
buscando
una respuesta para tanta injusticia.
Hombres
que fueron trueno o cañón a mansalva,
brazos
para la guerra o lomos para el alba,
árbitros
infernales de pecados y faltas,
dueños del
pensamiento, los cuerpos y las almas.
Mujeres
que dejaron sus lágrimas atadas
en los
muros vetustos de conventos y casas,
pero
también sus risas, sus amores ocultos,
y al filo
de la noche, sus sueños de lujuria.
UNA
RAYUELA HERIDA
Cinco años,
poco tiempo para mirar el mundo.
Pelotas y
rayuelas se quedaron ancladas.
Con las
alas cortadas asistí al sacrificio
en la pira
que sabios y maestros urdieron.
Me
asentaron las letras con regla de madera,
me ataron
a un pupitre que añoraba la selva
y anudaron
mis sueños a una cometa rota
que ya no
forcejeaba con las nubes.
El
catecismo, compendio para autómatas,
se
amparaba en la inútil blancura de las monjas.
La imagen
del demonio pobló mis pesadillas
y el mundo
se volvió cuadriculado.
DESPIDIENDO
LOS TRINOS
Destierro
involuntario, la maldición caínica.
El hacer
de maletas se adelanta a la fuga.
Adiós al
barrio viejo de portales vencidos
y a la
casa olorosa a mamey y a naranjas.
Adiós a
los paseos nocturnos por el puerto,
y a las
carreras locas persiguiendo una rana,
con el
sabor meloso de piñas y papayas,
chorreándose
en las manos de mi infancia.
Adiós al
malecón, espejo de la luna,
que
salpicó mi rostro de sal y de cigarras.
Hoy
empieza el destierro y el alma está de luto.
Hay algo
que se muere y no tiene mortaja.
LOS GALLOS
Y LA NOCHE
Las
nostalgias se agolpan,
todas
quieren salir en estampida:
la soledad
burlando los rincones,
la cruda
campanada de la escuela,
el crujir
de los huesos a la tarde,
la
búsqueda de rostros que se extrañan.
El tiempo
de internado, me marcó las barajas
me
clausuró los juegos, las rondas infantiles,
con un
sabor de ajenjo, de celda, de castigo,
manteniendo
lejanos los besos de mi madre,
Los rezos
y sahumerios sofocaban mi cuerpo,
asfixiaban
mi entorno las monjas plañideras.
Los cantos
gregorianos en la misa de cinco,
me
apretaban, sutiles, un nudo en la garganta.
Aprendí
que un minuto puede ser un infierno,
reptando
tras la larga culebra de la noche,
persiguiendo
en la bruma los rostros que añoraba,
y
escuchando los gallos, bohemios contumaces.
DE
REPTANTES Y OTROS OFIDIOS
¿Dónde
estás? Clamé al cielo,
pidiendo
una respuesta
y solo
silbó el viento en mis oídos.
Lo busqué
sin descanso en capillas e iglesias,
en misas y
sermones y en los libros sagrados.
Vislumbré
los tesoros del altar, relucientes,
corceles
de madera pacían en silencio
y, al
frente, vi un ejército destrozado en batalla:
miserables
mortales gemían al unísono.
Los divisé
postrados, reptando los perdones,
deshechos
con el peso de culpas infernales.
Me
encontré con su miedo estampado en los rostros.
Corte de
aduladores en un coro macabro.
Seguí
buscando, terca, quería la certeza,
miré en el
dormitorio colectivo
y no
encontré sus huellas
escudriñé
los patios de la escuela,
y
descubrí, de golpe, su sordera.
Desmenuzando
insomnios,
presentí
que era piedra que rodaba
y advertí
los clarines de una guerra secreta:
sobrevivir
sin dioses y sin aras.
--
Jenny querida:
ResponderEliminarQue bien graficas con tu poesía lo que el catolicismo nos hizo con la flor de la inocencia....todavía nos duele, me moriré doliendo.
Creo que representas con gran belleza a muchísimas mujeres de mi época y con ello la alerta para el resto, nunca debemos aceptar que a ninguna mujer se le castre el gozo de la libertad y la vida.
Un gran abrazo y Felicitaciones!!!
Gracias Wilma por tus comentarios. Me han elevado la autoestima. Tenemos tan inmensos monstruos en la poesía que a veces no sabemos si lo que escribimos está bien o no, si lo que comunicamos llega. Me ha encantado saber que mi lenguaje de recuerdos es también la vivencia de otras mujeres. Un abrazo, Jenny Londoño. Mi correo es jenny_londono@yahoo.com Me gustaría que nos siguiéramos comunicando.
EliminarLa niñez, la mujer, neologismos, riqueza de vocabulario, todo conjugado para lograr poemas exquisitos. Muy bueno Jenny.
ResponderEliminarGracias Susana. Me ha emocionado tu comentario corto, pero contundente.
ResponderEliminarRecibe un abrazo. Mi correo es jenny_londono@yahoo.com
Manejar con elegancia el verbo para plasmar vivencias de una generacion exigida es un arte propio de ti querida Jenny. Como no admirar la templanza y extrema fuerza para no doblegarse y por el contrario, lanzar tu grito de eternidad. La suerte me regalo decadas de cercania a ti y he sido humilde testigo de tu crecimiento diario y constante. Me enorgullecio siempre ser tu amigo y he disfrutado al maximo de tus permanentes logros. Con sobra de meritos te has ganado tu puesto en la historia y estoy seguro que tu defensa de genero, esa gran perspectiva del ser humano y esa sed increible de conocimientos sera venerada y admirada por siempre. Me sumo a quienes hoy reconocen tu valia y a quienes en el futuro lo haran igual. Un gran abrazo!
ResponderEliminarGracias querido Nelson, me has apabullado con ese comentario. yo soy muy humilde y no estoy acostumbrada a recibir estas alabanzas. Pero no voy a negar que me has emocionado. Gracias, muchas gracias, por tu afecto. Es difícil conservar una amistad tan bella, tan imperecedera con alguien que lleva tantos años lejos. Pero por suerte, siempre cercano a mi vida y mis pensamientos. Gracias amigo del alma.
EliminarJenny Londoño . Donde estaba ? Como no te encontré antes , me pregunto .
ResponderEliminarO quizás este es el tiempo !! Mi abrazo Paloma. Te aplaudo de pié.
Muchas gracias, querida Amelia: Me animas a seguir escribiendo. Un abrazo,
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