LUCÍA CARMONA

LUCÍA CARMONA

(La Rioja)

CITA

Desde el fuego

y a través del poniente

hasta tu pecho,

hasta tu boca,

hasta tu sombra

para enfrentar de nuevo

la jauría del número eterno.

El núcleo de tu risa

se pierde en las montañas,

la paz de mis rodillas

se postra en sus laderas

y le doy vuelta al cielo,

cuelgo de las raíces

como si el universo

se incendiara.

Ya no hay quien nos separe,

el infinito corazón

se ha celebrado.

INMUTABLE  

Y van quedando inscriptos

en el agua del fuego

lo imposible, lo eterno, lo lejano.

Estuvo ardiendo en el ocaso

la agonía del árbol

y fue la libertad una ceguera.

Así, el universo,

lo que pudo quemarse en el vacío

para empezar de nuevo.

CAMINO DE REGRESO

-Ahí está el corazón de la tierra-

me dicen las viejas vidaleras

con cajas      abrazadas.

-Ahí está el corazón de la tierra-

Quiero seguirlas, correr tras ellas

a las casas blanqueadas.

Correr tras ellas

bebiendo el mismo vino

,         y no puedo moverme,

mis pies están clavados

a la cruz de la siesta.

_Venga con nosotros!_

gritan olorosas a albahaca.

_Tras el último muro

sonreirá de nuevo._

Quiero correr, yo quiero

vestirme con las ropas de antes,

enharinadas y pintadas

y no puedo moverme

porque en la ausencia

alguien cortó mi sombra.

Las viejas han cruzado

la primera distancia

y ahora van golpeando las cajas

con sus manos.

Ya casi no ven nada

ciegas,

a  las tres de la tarde.

Sin embargo me llaman,

- Venga con nosotros, cante

que se acaba la chaya!-

Tras la puerta

todo es una sonrisa enmascarada.

Pero

ya no puedo moverme,

el tiempo está conmigo

despeinado y jadeante.

(Del libro “Por el corazòn de la tierra”-2007)

MARÍA

In  memoriam

A mi hermana, la gran poeta Marìa Carmona Zamora, que hace muy poco tiempo partió para siempre.

En el descubrimiento del poema

Ya la arena se había transformado en tornasol

Y el canto de los gallos en cábalas extrañas…

Todavía podemos encontrar la frescura

en patios de la infancia

vueltos hacia un aljibe eterno

si recorres la sombra del muro

y la traspasas  con ojos  infinitos,

abiertos para siempre.

Hoy estás presa de todas las fronteras

y han huido poemas por canales angostos

hasta un río profundo, sin sonidos.

Cuando piensas

se desatan los nidos de pájaros ausentes               

y el silencio avanza hacia la nada,

cae sobre su propio cuerpo

y no es más que silencio lo que queda.

Cuando quieres recordar

te asalta una marea inexplicable:

tan sólo entrelazados

fragmentos de pasado,

trozos de hoy volviéndote la espalda,

Continúan al sol

los mismos árboles

y el nombre de los pueblos es el mismo

pero te asomas y te pierdes

en el escenario de la batalla..

Tu pensamiento  viene y va

con la misma celeridad

de una abeja libando,

de un fantasma cruzando la pradera.

Hay  dos geranios

en la vieja maceta,

unos racimos de uva,

un verano sin señas                                         

y te aguardan la tierra y sus hazañas

y el viejo labrador

y la madre dulcísima,

te aguardan

no sé en qué empecinado recodo del camino

y tienes

las mismas manos que ya no miras

y la antigua sonrisa que se pierde.

Solamente tus ojos

vacíos

nos siguen desde un rincón del tiempo.

Sin palabras, sin nombre,

ni pasos hacia el mundo.

¿Te llamas como te llamabas

o es que acaso la muerte

ha izado sus banderas

en mitad de tu frente

y aún estás despierta

custodiando el hallazgo?

OLVIDAR SIN CAMINOS.

Vengo de la razón primera de la tierra,

sin misterio por ser hija

de padres conocidos.

Sin eje por inclinarme ante los mares,

sin memoria

por presentir los recordado

y caer y caer

en el no tiempo.

Vengo del incendio original

que arrasó con el árbol de la vida

mientras yo respiraba,

vengo desde el conjuro de la piedra,

de la oración musitada a la luna.

Soy mujer

Y soy ancla.